PICNIC DEL BARRIO // Red Museo Situado - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
1. Presentación de la buena práctica
El Museo Reina Sofía organiza anualmente el picnic del barrio con el objetivo de transformar el jardín del Museo Reina Sofía en un espacio de encuentro, disfrute y resistencia de y para todos los vecinos y vecinas del barrio madrileño de Lavapiés.
Bajo el lema "Reencantando Lavapiés" —inspirado en la noción reencantar el mundo de la activista feminista Silvia Federici, que señala la necesidad de impulsar lógicas alternativas al desarrollo capitalista— se busca generar otras formas de resistencia: acciones para la supervivencia que nos conecten con la naturaleza, las personas y nuestros cuerpos, que nos permitan vivir íntegramente.
El picnic del barrio es escenario y altavoz de las luchas y reivindicaciones de los colectivos y las asociaciones que forman la red de Museo Situado. Cada año se plantean numerosas actividades a través de las cuáles generar un discurso y una serie de reivindicaciones.
2. Ámbito de actuación
El público al que va dirigida la iniciativa es el barrio que circunda al Museo. El barrio de Lavapiés porta una historia intensa de luchas sociales y organización colectiva entre viejos vecinos, comunidades migrantes, artistas y activistas que hoy se enfrentan a diario a las presiones de la especulación inmobiliaria así como la políticas capitalistas y neoliberales impulsadas por el avance de una lógica que expulsa a las vecinas y prioriza la conversión del lugar en polo turístico y gentrificado. Hablamos por tanto de innumerables discriminaciones: sociales, raciales, económicas... donde la red Museo Situado busca reconectar el Museo a su entorno inmediato, siendo receptivo a las variadas manifestaciones culturales del barrio, sus memorias e historias, sus expectativas, generando cruces y diálogos fuera de sus límites espaciales, en las escuelas, centros sociales, plazas y calles. A la vez, entiende el Museo como un espacio público a ocupar y habitar por todas, que se deja permear y afectar por las conflictividades que lo habitan.
De esta forma, los públicos son múltiples aunque el objetivo es uno sólo: reivindicar las luchas y desigualdades a las que se enfrentan los vecinos del barrio y utilizar el Museo como un espacio público de escucha y plataforma para el diálogo.
3. Impacto de la actuación
Esta actividad se celebra anualmente durante un día de verano en el jardín del Museo Reina Sofía desde hace 6 años. El impacto que tiene es notable: ese día los vecinos y vecinas del barrio llenan el jardín y comparten historias, bailan, beben y se sienten acompañados. Es un día de esparcimiento para todos los colectivos que rodean al Museo y donde prima esa reivindicación y lucha contra las distintas discriminaciones diarias a las que se ven sometidos de una manera más directa o indirecta.
El picnic del barrio es la manera en la que una institución pública busca dar voz a aquellas personas que no tienen la oportunidad de sentirse escuchadas por la administración. Lo importante aquí es que se trata de una plataforma de reivindicación a través de la alegría y lo lúdico.
4. Puntos fuertes y debilidades
Uno de los puntos fuertes de esta iniciativa es la capacidad física de integrar a las personas y colectivos que se sienten discriminados dentro de la programación de una actividad pública. Como se ha dicho antes, esta iniciativa tiene lugar en los espacios del Museo y esto permite ir más allá de una plataforma virtual y que los vecinos y vecinas se pongan cara y conozcan sus historias de primera mano. Es decir, el gran punto fuerte del picnic del barrio es su fisicidad, esto es, el poder escuchar en persona, abrazar, reír, compartir miradas...
En cambio, una de las debilidades de este programa es la capacidad de llegar a algo más formal, de extenderse más allá de una mera actividad anual y tener un calado real en las políticas de nuestros dirigentes.
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